Esta semana resultó ser algo frustrante, pues me encargué personalmente de explicar a los alumnos un tema de matemáticas y de lengua, por lo que tuve que prepararme el contenido en cuestión, en este momento me pude dar cuenta de la dificultad de enseñar manteniendo la atención y la originalidad en todo momento. Mi frustración vino dada por las continuas correcciones que mi profesora de prácticas tuvo que hacerme, pues a veces me confundía con los conceptos, en otras ocasiones no sabía a ciencia cierta los conocimientos previos que tenían sobre la materia en cuestión y de vez en cuando la maestra me señalaba formas mucho más optimas de explicar lo que yo pretendía transmitir. Aun siendo consciente de que estoy en fase de aprendizaje y que no puedo pretender tener la misma variedad de recursos que una persona que lleva tantos años de profesión, resulta difícil no sentirse mal cuando lo que se pretende transmitir no es exacto o te hacen ver que existen formas más optimas de hacerlo, pero son los fallos los que hacen que me dé cuenta de mis errores, corregirlos y mejorar para la próxima ocasión.
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